El apiñamiento dental, más comúnmente denominado como un problema de “dientes torcidos”, es una afección que sufre la mayoría de la población y que provoca un mal alineado de los mismos en la cavidad bucodental, amontonándose y empeorando así la salud de la dentadura.

Los tratamientos para el apiñamiento dental llevan utilizándose desde hace décadas, como el uso del tradicional aparato corrector, pero en este post te contaremos un poco más sobre las causas, consecuencias y solución del mismo.

¿Por qué se produce el apiñamiento dental?

Existen muchas razones por las que se puede producir un apiñamiento dental tanto en adultos como en niños, severo o más leve, y por ello cada caso debe estudiarse individualmente y al detalle por un profesional; aun así, te contamos los factores que más destacan en las consultas.

Factores físicos

Una de las principales razones por las que puede producirse el apiñamiento dental es por la distribución de la dentadura a lo largo de la cavidad bucal. Por ejemplo, tener la mandíbula muy pequeña, los dientes muy grandes (o no tenerlos) y un paladar estrecho.

Factores genéticos

Relacionado directamente con el factor anterior, el paciente que sufre un problema de dientes torcidos suele haberlo heredado de un familiar que lo ha padecido antes. Es por ello por lo que es importante realizar revisiones anuales para comprobar el estado de la boca antes de que sea más difícil el tratamiento.

Malos hábitos para el paladar

La niñez tiene un impacto directo en el paladar de un adulto y sus dientes. Por ejemplo, chuparse los dedos o utilizar mucho el chupete pueden generar problemas de apiñamiento más adelante, aunque esto no es lo común.

Uso incorrecto de la ortodoncia

Hacer un mal uso de la ortodoncia, tanto invisible como tradicional, es una de las razones por las que se produce este problema en los dientes, y es que algunas piezas pueden volver a su estado inicial o verse modificadas al ponernos de forma incorrecta el aparato. También por su cuidado posterior.